28 diciembre 2005

Historias anónimas.

El lapso en que tardo en ir de un lugar a otro, sea en micro o en metro, suelo utilizarlo leyendo, escuchando música o dejando que mi mente vague libremente mientras miro por la ventana... rara vez me detengo a mirar los rostros de la gente para inventarme historias sobre su vida, como sé le gusta hacerlo a más de alguien.

Un día, sin embargo, no pude dejar de hacerlo... en el Metro (Línea 1), iba sentada cuando mi vista se posa en el armónico rostro de una niña joven, tal vez universitaria, de ojos y pelo claro, que lloraba mansamente... sus lágrimas caían lentas sobre la falta, parecía su pena tan honda que apenas tenía ánimo para secar sus ojos... ¿terminó con el pololo? ¿habría perdido a alguien? Yo no soy de las personas que se acercan a hablar fácilmente con desconocidos, tampoco me considero muy cálida, pero con un poco menos de timidez me habría acercado, tan evidente era que precisaba ser consolada... el vagón se detiene en la estación donde debo bajarme, y eso hago.

Subiendo las escaleras hacia la calle, observo una pareja discutir. Estrato medio-bajo (no porque me parezca importante eso, sino porque otorga un contexto en cuanto a sus ademanes, físico y lenguaje); ella con un niño en brazos, muy alterada; él tratando de parecer calmado y procurando convencerla: "vamos", decía una y otra vez.... dos guardias han intervenido, y le dicen que si quiere vaya a la comisaría que está en el mismo metro a hacer la denuncia correspondiente. Sigo subiendo las escaleras después de haberme detenido un momento (daba la impresión que ella corría verdadero peligro), pensando en la clase de cosas que pueden sucederle a una pareja para llegar a una situación como ésa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

a veces miro a la gente y me pregunto qué pasará por sus mentes, muchos tenemos problemas y nos gustaría que alguien tendiera una mano, pero si te fijas, todos seguimos nuestro camino... respecto a la pareja, mi niña, no pasa mucho para que lleguen a eso, falta de amor, costumbre, poca paciencia transforma lo que alguna vez fue pasión en un odio eterno.... no a todos les pasa, pero es más común de lo que crees, te leo, cariños