08 abril 2011

Historia de una animita.

Siempre que paso por el lado de una animita no puedo dejar de preguntarme cuál es la historia del difunto al que le colocan flores y elevan peticiones en algunos casos casi si fuera un santo. Pero estaba en lo de las hsitorias... sí, hace un año más o menos, me contaron...


En un pueblo del sur de Chile (lo suficientemente pequeño para ser considerado un "infierno grande") vivía un matrimonio, con una hija. El marido era un hombre trabajador, bueno, para nada dado al alcohol (una verdadera excepción en el pueblo), que se había sacado la mugre para darle a su familia una casa nueva, dentro de sus posibilidades. No era grande, pero era nueva, y era propia.


A esas alturas, él ya tenía la sospecha de estar siendo engañado, lo que lamentablemente era un secreto a voces; aún así, continuaba invirtiendo en la casa como si con tantas cosas compradas pudiera recuperar el amor de su mujer.


Un día llegó a media tarde, y encontró en la cama a su mujer y su amante. Con rabia contenida, evitando hacer un escándalo, lo echó de la casa pues en cualquier momento llegaba su hija del colegio. No le dijo nada a su mujer.


Esa noche no durmió en casa. Tomó su moto y fue al campo-campo, a pensar y a llorar. Sus cavilaciones terminaron de madrugada, al llamar a un amigo, contarle qué pasó y dónde estaba, pidiéndole que lo fuera a buscar... lo que el amigo no se imaginó fue que lo encontraría colgado en la rama de un árbol, vencido lo más probable por la pena y la vergüenza que significó el engaño.


Y a los pies del árbol donde lo encontraron se hizo una animita, que pese a estar en un lugar alejado siempre tiene flores frescas...