03 julio 2011

Por una mejor educación.



Sí, suena bastante amplio, y no dudo que todos los gobiernos (unos más que otros) han y hayan tenido este tema en su programa, ya que es uno de los pilares fundamentales en el desarrollo del ser humano, que lo forma para desempeñarse no sólo como un generador de recursos para sí mismo, sino que tanto o más importante, para ser un aporte real al mundo en que vive.





Como he comentado en alguna oportunidad, lo relativo a la educación me toca bastante, pues además de mi interés como ciudadana y futura apoderada, mis padres y mi marido son profesores en el -tan cuestionado actualmente- sistema público.





Hay un descontento profundo en secundarios y universitario; la exigencia es una educación pública gratuita, equitativa y de calidad... ¿quién podría estar en desacuerdo con eso? El problema viene cuando se empieza a hilar un poco más fino, y nos damos cuenta que el tema abarca muchas aristas.





Destacando previamente que en la tarea de mejorar la educación no hay que descuidar por nada del mundo la educación básica y pre-básica (allí donde los alumnos no tienen casi voz y sólo pueden ser representados por sus padres) y sin la pretensión de hacer un sesudo análisis, los aspectos más importantes para mejorar la educación pública a mi juicio son:





- Mejorar la formación de docentes (malla curricular), y procurar que sean los mejores quienes estudien pedagogía. Al mismo tiempo, mejorar los sueldos y prestigiar socialmente la profesión.





- Destinar más recursos a todos los niveles de la educación pública; ahora, el cuánto es difícil de determinar. Se ha hecho la comparación del gasto público en armamento versus el gasto público en educación. Adivinen cuál es el superior...





- Buena administración de los recursos; para esto hay consenso en que se debe presentar una alternativa a la municipalización, donde en la mayoría de las comunas se está realizando una labor deficiente.





Me da mucho gusto ver cómo la juventud se está movilizando por algo que les atañe tan directamente. Una amiga me decía que en nuestros tiempos, recién iniciada la transición a la democracia, no había mucho interés de parte de los estudiantes (al menos de los secundarios) por estos temas. En mi liceo, que era y es de excelencia académica, las chicas que alegaban por algo o se rebelaban eran consideradas casi "subversivas". Pero algo está pasando, y lo que es más positivo, está obligando a los políticos tradicionales a escuchar las voces que están sonando cada vez más fuerte.


P.D: Se está provocando otra interesante discusión a raíz de las medidas anunciadas por el Presidente ayer 5 de julio... anuncios insuficientes, hay mucho que debatir, pero sobre todo hay mucho que mejorar, ya.